REGLAS BÁSICAS PARA INTERPRETAR
(Siguiendo el método gramático-histórico).
1.
Dejar que la Biblia
sea su propio intérprete cada vez que sea posible.
2. Tomar literalmente,
lo más posible, las palabras de la Biblia. Sólo debe buscarse el significado figurado
cuando el literal carezca de sentido.
3. Colocar todas las
interpretaciones hechas dentro del contexto del cual fueron tomados los
pasajes, para ver si se ha cometido alguna arbitrariedad en la interpretación.
4. Considerar el tema
o propósito del libro cuando se intérprete un pasaje específico de dicho libro.
5.
Ser reflexivo al
hacer la interpretación. Evitar los juicios acelerados. Buscar las razones que
pudieran demostrar que su interpretación es incorrecta.
CONTEXTO
Y PASAJES PARALELOS
CONTEXTO:
La palabra contexto
está compuesta de dos palabras latinas: cum (junto a) y textum
(tejido; por extensión, contextura, trama).
Aplicado a
documentos escritos, expresa la conexión de pensamiento que existe entre sus
diferentes partes para hacer de ella un
todo coherente. El valor del contexto es obvio: sin él no hay correcta
interpretación. El contexto liga, entreteje, une a dos o más pasajes bíblicos
de igual valor espiritual y literario.
EXTENSIÓN DEL CONTEXTO:
Hay dos tipos de
contextos. El contexto remoto y el contexto inmediato.
El Contexto Remoto.
En un sentido amplio, está constituido por la totalidad de La Escritura.
Pero de ese contexto debe pasarse sucesivamente a otros cada vez más reducidos:
Antiguo o Nuevo Testamento, serán contextos más limitados el Pentateuco, los
Libros Históricos, los Poéticos, los Sapienciales o los Proféticos, y dentro de
cada grupo, cada uno de los libros que lo forman.
De un modo análogo
el contexto del Nuevo Testamento se reduce mediante la clasificación en Evangelios,
Hechos de los Apóstoles, Epístolas y Apocalipsis. Después se delimitará la
sección del libro en la que se encuentra el texto y se determinará el contenido
esencial de la misma. Y así se proseguirá la reducción hasta llegar al contexto
más próximo al pasaje cuya exégesis se quiere efectuar. En el tránsito de
contextos más amplios a otros más reducidos, conviene descubrir y tomar en
consideración el propósito del autor.
El
Contexto Inmediato. Es el que corresponde, por más cercanía en
estructura, al texto principal que se toma (o Texto de Partida).
Es
importante aclarar, que todo Contexto debe tener una certera relación de contraste
(diferencia) o equivalencia con el Texto de Partida, sino NO es Contexto en sí.
TIPOS
DE CONTEXTO: La conexión entre el texto y su
contexto inmediato puede ser:
(1) Lógica, cuando las ideas del
texto aparecen encajadas en la línea de pensamiento de toda la sección;
(2) Histórica, cuando existe una
relación de determinados hechos o acontecimientos (por ejemplo la conversación
de Jesús con el ciego de nacimiento (Jn.9:35-38) y el contexto de su curación y
testimonio (9:1-34));
(3) Teológica, si el contenido del
texto forma parte de un argumento doctrinal. En el examen del contexto deben
tenerse en cuenta los paréntesis, digresiones y los cambios bruscos de un tema
a otro. En cualquiera de estos casos, el hilo del pensamiento del autor parece
romperse para introducir una línea nueva de reflexión. El intérprete habrá de
tener el debido discernimiento para advertir que el verdadero contexto no lo
constituyen los versículos que anteceden o siguen inmediatamente al texto objeto
de exégesis, sino en una porción anterior o posterior de los mismos (por
ejemplo, el contexto de II Cor.5:11 al 6:13 es II Cor.7:2-16. En la sección del
6:14 al 7:1 ocurre un cambio brusco de tema).
PASAJES
PARALELOS: No siempre el contexto aporta luz
para la mejor comprensión de un texto. Puede suceder que este se encuentre aislado,
sin conexión con lo que le antecede o le sigue. Es lo que vemos en la mayor parte de los
textos de Proverbios, pues con la excepción de algunas secciones cuyo contenido
gira en torno a temas concretos (las malas compañías 1:10-19; la vida de
piedad, 3:1-12; la sabiduría, 3:13-4:27; 8:1-9:18; las exhortaciones contra la
impureza, 5:1-23;6:20-7:27; la amonestación del rey, 31:1-29; y el elogio de la
mujer virtuosa, 31:10-31), el resto del libro está compuesto de máximas y
sentencias discontinuas. Algo análogo acontece con determinadas porciones de
Eclesiastés y del Cantar de los Cantares.
En el resto de las Escrituras, aunque con menos
frecuencia, también hallamos pasajes inconexos. En tales casos es inútil trabajar en el
contexto. La ayuda ha de buscarse en los pasajes paralelos, es decir
aquellos que en otros lugares de la Biblia se refieren al mismo hecho
histórico, a la misma enseñanza, exhortación o tema semejante. En estos pasajes
paralelos generalmente se encuentra ayuda no solo para entender mejor el texto que
tratamos de interpretar, sino también para obtener una perspectiva más amplia
tanto de su significado como de sus aplicaciones. Como por ejemplo “aborrecer”
en Lucas 14:26 equivale a “amar menos” en Mateo 10:10-37, con la consecuencia
lógica de que si la familia es hostil a Cristo (véase el contexto de
Mt.10:34-39).