Introducción
¿QUÉ ES LA BIBLIA?
La
palabra "Biblia" se emplea para designar las Escrituras del Antiguo y
el Nuevo Testamentos, reconocidas y utilizadas por las iglesias cristianas. El
judaísmo sólo reconoce las Escrituras del Antiguo Testamento. Otras religiones, tales como el budismo (China
y otros países derivados como Japón, Corea del Norte y del Sur, Taiwán y
otros), el hinduismo (La India), el zoroastrianismo (Algunos países árabes como
Irán), y el islamismo (la mayoría de los
países del Medio Oriente y algunos del África como Nigeria), tienen también sus
escritos “sagrados”.
Pero
hay una sola Biblia: única e incomparable, frente a los demás escritos
"sagrados".
¿Por
qué La Biblia es Única?
1. Su REVELACION. es la
revelación de Dios;
2. Su INSPIRACION. "inspirada por él" (2 Ti. 3.16) en
un sentido muy distinto de la inspiración de las obras literarias;
3. Su PROPÓSITO. revela
los planes y propósitos de Dios para el tiempo y la eternidad;
4. Su TEMA CENTRAL. se centra en Dios encarnado en
Jesucristo, el Salvador de la humanidad (He. 1.1-2).
5. Su INDESTRUCTIBILIDAD
material e inmaterial. Mateo 24:35, Marcos 13:31, Lucas 21:33. I Pedro 1:25.
6. Su UNIVERSALIDAD.
Dios prometió que Su Palabra cubrirá toda la tierra, es decir, en toda la
tierra llegaría a ser expuesta y predicada Su Palabra. Habacuc 2:14, Salmo
19:4, Romanos 10:18.
7. Su POTENCIA. Hebreos
11:3,
8. Sus RESULTADOS.
Revelan a Cristo Jesús al hombre y éste es TRANSFORMADO, renacido, regenerado
por La Palabra de Dios. Juan 5:39, Salmo
19.7-8, Santiago 1:18, I Pedro 1:23.
9. Su CERTEZA infalible
e irrefutable. La Biblia contiene la historia, el presente y el futuro de la
humanidad. En ella se encuentra todo el
escenario profético de los tiempos que ya vivimos y de los días que le quedan
al ser humano en este envejecido planeta tierra. Apocalipsis 1:19, II Pedro 3:7, II Timoteo 3.1-4.
A. Al revisar el contenido profético de La Palabra, hasta el más
simple o sencillo puede CONFIRMAR que Las PREDICCIONES de La Palabra de Dios
son VERDADERAS.
B. Dios, en Su Palabra, La Biblia, ANTICIPA las cosas que YA HAN
sucedido y las que HAN DE SUCEDER, sean tiempos buenos o malos para la
humanidad.
SIGNIFICADO DE LA PALABRA "BIBLIA"
La
palabra biblia es griega, y quiere decir libros. Es un diminutivo de biblos
(libro) que es la corteza interior del junco llamado papiro, un antepasado de
nuestro papel moderno, y del cual se hacían los libros o rollos. Daniel 9.2
hace referencia a los escritos del Antiguo Testamento empleando la expresión
"los libros" {la biblia en el griego). La evolución del término
Biblia del plural al concepto singular puede considerarse como providencial,
pues subraya la unidad de los 39 libros del Antiguo Testamento y los 27 del
Nuevo.
TÍTULOS DADOS POR LAS ESCRITURAS A LA BIBLIA
Nuestro
Señor al referirse al A.T. generalmente lo llamaba "las Escrituras"
(Mat. 21.42; Mr. 14.49; Jn. 5.39). Sus seguidores hicieron lo mismo (Lc. 24.32;
Hch. 18.24; Ro. 15.4). Pablo habla de "las Sagradas Escrituras" (II
Ti. 3.15), "las santas Escrituras" (Rom. 1.2). En una oportunidad
Jesús se refirió a ellas como "la ley de Moisés, los profetas y los
salmos" (Lc. 24.44), un eco de la disposición formal de los libros en el
hebreo. Una designación más breve del AT es "la ley y los profetas"
(Mt. 5.17; 11.13; Hch. 13.15). Más breve aún es el término "ley" que
comprende las demás divisiones (Jn. 10.34; 12.34; 15.25; 1 Co. 14.21).
En
estos últimos se encuentran las epístolas de Pablo a las cuales se refiere
Pedro como "Escrituras" (II P. 3.16).
LOS TÉRMINOS "ANTIGUO TESTAMENTO" Y "NUEVO
TESTAMENTO"
Desde
fines del siglo II los términos "Antiguo Testamento" y "Nuevo
Testamento" han sido empleados para diferenciar las Escrituras hebreas de
las cristianas. La colección formal de escritos cristianos hecha en la segunda
mitad del siglo II, fue denominada Nuevo Testamento. Esta colección fue puesta
junto a los libros canónicos hebreos como igualmente inspirada y con la misma
autoridad.
Las
Escrituras hebreas fueron entonces denominadas "Antiguo Testamento". Tertuliano,
uno de los padres latinos de la Iglesia ( año 200 d. C.), empleó por primera
vez el término "Novum Testamentum", que luego se generalizó
cristalizándose el concepto de una Biblia cristiana.
Aplicados
a las Escrituras, los términos Antiguo Testamento y Nuevo Testamento significan
estrictamente Antiguo y Nuevo Pactos. El pacto (hebreo berith; griego diathéke)
es una continuación de la designación veterotestamentaria de la Ley mosaica, el
libro del pacto (II R. 23.2). Pablo lo emplea en este sentido al hablar de
"leer el antiguo pacto" (II Co. 3.14).
LOS IDIOMAS DE LA BIBLIA
Casi
todo el A.T. fue escrito en hebreo, dialecto semítico semejante al fenicio y al
ugarítico. Las únicas porciones escritas en arameo, otro dialecto semítico afín
al hebreo, son Esd. 4.8—6:18; 7.12-26; Dn. 2.4—7.28 y Jer. 10.11.
El N.T.
fue escrito totalmente en griego. La arqueología ha demostrado que el griego
del NT era el lenguaje común de uso diario (Koiné)
en el mundo grecorromano de la época.
LOS ESCRITORES DE LA BIBLIA.
Esencialmente,
por encima de los autores humanos, la Biblia fue escrita por Dios. 2 Timoteo
3:16 nos dice que la Biblia fue “inspirada” por Dios. Dios supervisó a los
autores humanos de la Biblia para que, aunque utilizaban sus propios estilos de
escritura y personalidades, registraran exactamente lo que Dios quería que se
escribiera. La Biblia no fue dictada por Dios, sino que fue perfectamente
guiada y enteramente inspirada por Él.
Humanamente
hablando, la Biblia fue escrita por aproximadamente 40 hombres de diversas
procedencias, a través de un período de 1600 años. Isaías fue un profeta,
Esdras fue un sacerdote, Mateo fue un cobrador de impuestos, Juan fue un
pescador, Pablo fue un fabricante de tiendas, Moisés fue un pastor. A pesar de
haber sido escrita por diferentes autores a través de 16 siglos, la Biblia no
se contradice a sí misma, tampoco contiene error alguno. Todos los autores
presentan diferentes perspectivas, pero todos ellos proclaman al mismo único y
verdadero Dios, y el mismo único camino para la salvación – Jesucristo (Juan
14:6; Hechos 4:12). Pocos libros de la Biblia nombran específicamente a su
autor. Estos son los libros de la Biblia, junto con el nombre de quien la
mayoría de los eruditos bíblicos asumen que es el autor, así como la fecha
aproximada de su autoría:
·
Génesis, Éxodo, Levítico, Números,
Deuteronomio = Moisés – 1400 a.C.
·
Josué = Josué – 1350 a.C.
·
Jueces, Rut, 1 Samuel, 2 Samuel = Samuel
/ Natán / Gad – 1000 – 900 a.C.
·
I Reyes, II Reyes = Jeremías
– 600 a.C.
·
I Crónicas, II Crónicas, Esdras,
Nehemías = Esdras – 450 a.C.
·
Ester = Ester y/o Mardoqueo
– 400 a.C.
·
Job = Moisés 1400 a.C.
·
Salmos = muchos diferentes
autores, principalmente David, y otros atribuidos a Moisés y a Jafet. –
1000 – 400 a.C.
·
Proverbios, Eclesiastés,
Cantares = Salomón – 900 a.C.
·
Isaías = Isaías – 700 a.C.
·
Jeremías, Lamentaciones = Jeremías
– 600 a.C.
·
Ezequiel = Ezequiel – 550 a.C.
·
Daniel = Daniel – 550 a.C.
·
Oseas = Oseas – 750 a.C.
·
Joel = Joel – 850 a.C.
·
Amós = Amós – 750 a.C.
·
Abdías = Abdías – 600 a.C.
·
Jonás = Jonás – 700 a.C.
·
Miqueas = Miqueas – 700 a.C.
·
Nahúm = Nahúm – 650 a.C.
·
Habacuc = Habacuc – 600 a.C.
·
Sofonías = Sofonías – 650 a.C.
·
Hageo = Hageo – 520 a.C.
·
Zacarías = Zacarías – 500 a.C.
·
Malaquías = Malaquías – 430
a.C.
·
Mateo = Mateo – 55 d.C.
·
Marcos = Juan Marcos – 50
d.C.
·
Lucas = Lucas – 60 d.C.
·
Juan = Juan – 90 d.C.
·
Hechos = Lucas – 65 d.C.
·
Romanos, I Corintios, II, Corintios,
Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, I Tesalonicenses, II Tesalonicenses, I
Timoteo, II Timoteo, Tito, Filemón = Pablo 50 – 70 d.C.
·
Hebreos = desconocido,
principales posibles son Pablo, Lucas, Bernabé, o Apolos – 65 d.C.
·
Santiago = Santiago – 45 d.C.
·
I Pedro, II Pedro = Pedro
– 60 d.C.
·
I Juan, II Juan, III Juan = Juan
– 90 d.C.
·
Judas = Judas 60 d.C.
·
Apocalipsis = Juan – 90 d.C.
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ORDEN DE LOS LIBROS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO HEBREO
Los
libros canónicos en la Biblia hebrea están dispuestos en una división triple:
1. La Ley (Torah),
2. Los Profetas (Nebhiim) y
3. Los Escritos (Kethubhim).
Esta
división es antigua y se la puede deducir del prólogo del libro apócrifo
Eclesiástico. Fue conocida por Filón y citada por nuestro Señor Jesucristo (Lc. 24.44). Es evidente que durante los
primeros siglos del cristianismo algunos libros fueron trasladados de la
segunda sección a la tercera. La forma en que ha llegado hasta nosotros desde
el período masorético (600-900 a.C.) es la siguiente:
1. La Ley (Torah), 5 libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio.
2. Los Profetas (Nebhiim), 8 libros Primeros Profetas, 4 libros:
Josué, Jueces, Samuel, Reyes Últimos Profetas, 4 libros: Isaías, Jeremías,
Ezequiel, los Doce 3. Los Escritos, 11 libros: Libros Poéticos, 3 libros:
Salmos, Proverbios, Job Los Rollos (Megilloth), 5 libros: Cantares, Rut,
Lamentaciones, Eclesiastés, Ester Libros Profético-Históricos,
3. Los libros: Daniel, Esdras-Nehemías, Crónicas.
LOS 39 LIBROS DEL ANTIGUO TESTAMENTO. (Orden de la Biblia en castellano)
1. Históricos (17 libros). Génesis – Ester.
2. Poéticos (5 libros). Job – Cantares.
3. Proféticos (17 libros). Isaías – Malaquías.
LOS 27 LIBROS DEL NUEVO TESTAMENTO. La clasificación más idónea sería:
1. Biográficos Pedagógicos (4 libros). Mateo – Juan.
2. Histórico (1 libro). Hechos.
3. Cartas Apostólicas. (21 cartas). Romanos – Judas.
4. Profético. (1 libro). Apocalipsis.
LA AUTORIDAD DE LA BIBLIA
La
autoridad reside en la Palabra inspirada de Dios, la Biblia, interpretada por
el Espíritu Santo obrando a través de
agentes humanos enseñados por el mismo Espíritu. El protestantismo ortodoxo
difiere del catolicismo al sostener que no existe, aparte de las Escrituras
canónicas, ninguna otra autoridad que sea voz del Espíritu Santo. Durante la
Edad Media la iglesia de Roma concentró en sí misma por medio de su episcopado
toda la autoridad de la tradición, los obispos, los concilios, y cualquier otra
cosa que dominara la mente de la iglesia. Este movimiento culminó en el decreto
de la infalibilidad papal, que sostiene que "el Pontífice romano,
hablando, ex-cathedra, posee esa infalibilidad de que el divino Redentor dotó a
su iglesia, al definir una doctrina de fe o de moral."
Pero
la infabilidad no se atribuye a la Iglesia en general, ni a ninguna en
particular, sino a La Palabra de Dios, siendo Dios el Único Infalible.
CRISTO COMO TEMA UNIFICADOR DE LA BIBLIA
Aunque la Biblia contiene 66
libros, 39 en el AT y 27 en el NT, es, no obstante, un solo libro. El tema unificante
de las Escrituras es Cristo.
El AT
prepara el camino para Cristo y lo predice en tipología y en profecía.
Los
Evangelios lo presentan como Redentor en Sus manifestaciones divinas y humanas.
Los
Hechos lo presentan como el Sujeto de la predicación, y a Su evangelio
propagándose por todo el mundo.
Las cartas
apostólicas (epístolas) exponen Su obra redentora.
Apocalipsis
revela a Cristo como la consumación de todos los planes y propósitos de Dios.
De "la simiente de la mujer" (Gn.
3.15), prometida en el paraíso perdido, hasta "el Alfa y la
Omega" (Ap. 22.13), que se hace
realidad en el paraíso reconquistado, Él es "el principio y el fin",
"el primero y el postrero", en los planes revelados de Dios para con
el hombre.
SUBSTANCIA DE LA BIBLIA
La
Biblia fue dada como testimonio del Dios único, Creador y Sustentador del
universo, por medio de Cristo, Redentor del hombre pecador.
Presenta
un relato continuo: la historia de la redención humana. Dicha historia es el
desarrollo progresivo de aquella verdad central de la Biblia de que Dios en Sus
consejos eternos iba a encarnarse en Jesucristo, para la redención del hombre
caído. El desarrollo de esta verdad central de la redención se da a conocer por
medio de la historia, la profecía, los tipos y los símbolos. Esta revelación de
la redención humana por Cristo, orienta al hombre en el contexto mayor de los
planes que tiene Dios para él en las edades del tiempo, como también los
propósitos divinos para la eternidad.
TIPOLOGÍA DE LA BIBLIA
Definición. Un
tipo (del griego typos, "marca o
señal que deja un golpe; patrón o huella"). Es una representación doble en acción,
en que lo literal se dice con la intención de que represente lo espiritual. Un
tipo es así la huella divina de la verdad espiritual sobre un suceso, persona o
cosa literales. Bien entendida y apreciada, la tipología ofrece una
convincente prueba de la inspiración divina. En realidad es el programa
de redención de los siglos, introducido hábilmente en la trama de las
Escrituras por Dios mismo.
Un
TIPO BÍBLICO se refiere al estudio de
diversos temas, sucesos, personas u objetos del Antiguo Testamento, que son
considerados como "sombra" de lo que había
de venir en el Nuevo Testamento.
Hay
tres características para identificar un tipo que realmente se presenta como
tal, de manera expresa, en las Escrituras:
1)
Es
figura de alguna realidad espiritual futura, preparada por inspiración divina;
lo que quiere decir que son proféticos, y no son meras ilustraciones.
2)
Representa
alguna realidad espiritual futura, que se había de manifestar plenamente tras
la venida de Cristo.
3)
Su
cumplimiento es el ANTITIPO. Antitipo
porque la persona, evento, lugar o circunstancia que realiza o se realiza el
cumplimiento es el fin del TIPO. No es
ANTITIPO porque sea opuesto al TIPO, sino porque en la persona, evento, lugar o
circunstancia CONCLUYE el TIPO y ya NO HAY más lugar para un doble
cumplimiento.
Por
extensión, no todas las Escrituras tienen igual elemento tipológico. El libro
de Hebreos es un testimonio del NT al simbolismo concentrado del Pentateuco y
Josué. Del mismo modo, el libro de Rut, debido a su ilustración del
Pariente-Redentor y de la verdad de la redención, tiene un significado típico
más profundo que el de una simple historia de amor. En I Cor. 10.11 encontramos
una base neotestamentaria para la rica tipología del Pentateuco. "Y
estas cosas les acontecieron [es decir a Israel en el desierto] como ejemplo
[griego tupikós, típicamente o como tipo] y están escritas para amonestarnos a
nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos."
PROPÓSITO. La
tipología, como el obrar divino de los propósitos de Dios en las Escrituras, es
un medio de hacer que la Palabra de Dios sea relevante para todos los tiempos y
situaciones. Ya que Jesucristo es el tema constante de las Escrituras, Su
persona y Su obra han quedado impresas divinamente en ellas por medio de tipos,
símbolos y profecías.
VARIEDADES DE TIPOS.
1. Personas típicas, como Caín, tipo del hombre natural, carente de un sentido
adecuado del pecado o de la expiación (Gn. 4.3; 2 P. 2.1-22; Jud. 11). Abel,
por contraste, es un tipo del hombre espiritual, cuyo sacrificio de sangre (Gn.
4.4; He. 9.22) demostró su sentimiento de culpabilidad de pecado, y su
confianza en un sustituto. De un modo parecido, numerosos santos del AT
tipifican algún aspecto del Mesías o alguna faceta de la redención. Para el
caso, David, en algunas facetas de su vida, tipifica a Cristo, especialmente en
algunos Salmos, cuando hablando de sus experiencias espirituales y de las
ligadas a su humanidad, proyecta La Persona de Cristo; tal es la muestra de
ello en el Salmo 22 (todo el capítulo).
1. Instituciones típicas, tales como el ritual levítico, en el que hay una concentración
de tipologías. Por ejemplo, todo el ritual levítico en que corderos u otros
animales eran sacrificados para expiar el pecado (Lv. 17.11), prefiguraba al
Cordero de Dios (Jn. 1.29; He. 9.28; 1 P. 1.19). La pascua (Lv. 23) presentaba
a Cristo nuestro Redentor (1 Co. 5.6-8).
2. Sucesos típicos, que incluyen el diluvio, el éxodo, la travesía del desierto,
el maná, la serpiente de bronce, la conquista de Canaán.
3. Los oficios típicos incluyen a profetas, sacerdotes y reyes. Por ejemplo, Moisés,
como profeta, era tipo de Cristo (Dt. 18.15-18; Jn. 6.14; 7.40). (5)
4. Las acciones típicas incluyen la experiencia de Jonás con el gran pez, tipo
profético de la sepultura y resurrección de nuestro Señor (Mt. 12.39).
EL TIPO COMO PROFECÍA. Con frecuencia se ha dicho que la tipología es una especia de
profecía. Es cierto, pero el sentido típico quizá no se dé a conocer en la
época en que aparece el tipo. Gran parte de la tipología del AT se refiere a
sucesos y verdades acerca de un período que no fue revelado a los videntes del
AT (Mt. 13:11-17), de modo que puede afirmarse que este período, al que
denominamos la era de la iglesia, aunque no fue revelado a los profetas del AT,
no obstante quedó estampado en las instituciones, personas y cosas por medio de
la acción omnisciente del Espíritu Santo. Por esta razón el ritual, las
instituciones y las experiencias del AT tienen interés y valor instructivo para
los santos del NT. Cuando se comprende y aprecia debidamente este hecho,
resulta una prueba maravillosa de la paternidad literaria divina de las
Escrituras, lo que hace que ellas sean prácticas y omnitemporales en sus
enseñanzas y en sus relaciones diarias.