viernes, 24 de octubre de 2014
ESCATOLOGÍA BÍBLICA I. Clase 1-2
DEFINICIÓN
La escatología es el estudio sistemático de
los eventos futuros. La palabra se deriva del adjetivo griego éskaton, que
significa el último, y unida al “logos” que significa: tratado o estudio. La palabra
éscatos puede ser usada para referirse a la última cosa en una serie, pero la
implicación de la palabra escatología no está limitada a una sola cosa, sino
que se refiere a todos los eventos futuros que significan el fin del cosmos.
Los escritores bíblicos frecuentemente hablan de un conjunto de eventos
escatológicos como el clímax de la historia mundial, la resolución y la
consumación del programa cósmico de Dios.
La Teología es la disciplina que se ocupa de Dios y de la relación entre Él y el hombre: es ciencia pues expresa los contenidos de la fe de FORMA SISTEMÁTICA y aplica PROCEDIMIENTOS METODOLÓGICOS. Es distinto de las ciencias humanas o naturales, pues su objeto final, que es Dios, no es demostrable empíricamente.
Pero es claro que la teología debe ocuparse del hombre y de su experiencia
con Dios, no de un Dios aislado.
Desde tiempos antiguos, la Teología estuvo vinculada a la Filosofía. La
Filosofía es la reflexión y razonamiento sobre la vida y las cosas vinculadas a
ella, especialmente sobre la vida del hombre y su razón de ser y existir,
específicamente en el tiempo presente.
También la filosofía trata de demostrar la existencia de Dios, pero su base es
diferente: en la FILOSOFÍA ES LA RAZÓN,
mientras que en la Teología las fuentes son LAS ESCRITURAS.
La Escatología se divide en dos:
- Escatología Individual, que trata del destino que me espera a mí, como ser humano en particular, y
- Escatología General, que trata del destino que le espera a la humanidad en su conjunto.
La Escatología presupone una cosmovisión del tiempo lineal, no como el
existencialismo o la filosofía griega antigua ó la hindú, en que el tiempo es
cíclico, concebido como “eterno retorno”, de allí que crean en la
reencarnación.
En la concepción cristiana hay un ALFA y un OMEGA.
Hay un tiempo kronos, es decir
de fechas y horas, y un tiempo kairós,
de la gracia, de la actuación divina.
Para el Cristianismo, la escatología Bíblica podría traducirse como
"enseñanza (del Señor) sobre lo último". Juan 1:1 nos describe a Jesús como el Logos o Verbo de Dios.
El Señor Jesucristo nos habla de continuo de escatología, es más, el
Evangelio mismo es escatología pura,
pues nos presenta una profecía, la mayor de las profecías que el hombre ha
podido oír jamás, que Dios nos llama a Su Reino eterno a través de Su Hijo
Jesucristo en la Cruz para ser redimidos y salvos de la ira venidera,
acontecimientos que fueron profetizados por distintos profetas de la Biblia en
distintas épocas anteriores y que se van cumpliendo de manera precisa y
ajustada al plan de Dios.
Realmente se trata de la noticia más importante jamás oída por el
hombre, pues viene un nuevo Reino universal, una nueva creación, un nuevo orden
de cosas donde recibiremos un nuevo cuerpo para vivir en los nuevos cielos y
nueva tierra, bajo la bendición de Dios, el Paraíso eterno de paz y felicidad
del amor de Dios. Este anuncio profético escatológico está al alcance de todas
aquellas personas que confían en Dios y le aman. Todo el que ama a Dios en
espíritu y en verdad, en cualquier época recibe un corazón nuevo dispuesto a
nacer de nuevo del Espíritu de Dios a través del don de la fe en la obra
redentora de Jesucristo, el Hijo de Dios, por nosotros, pagando por nuestros
pecados en la Cruz, llamándonos a que lo disfrutemos con Él, que vendrá al
final de los tiempos para juzgar a toda la humanidad de todo tiempo, destruir
al maligno y su ejército y establecer el Reino de Dios.
Es la rama de la teología que marca de manera precisa la línea del tiempo que señala los eventos correspondientes al futuro del programa profético de Dios. Eventos a los que debemos estar atentos. (Lucas 21:28 / II Pedro 1:9)
Es una guía de orientación para el cristiano en
estos tiempos de mucha especulación, manipulación mercantil y extremos
legalistas acerca de la profecía bíblica y los temas apocalípticos.
Nos ayuda a comprender la tensión entre el
“YA” y el “PERO TODAVÍA NO” de la manifestación de l Reino de Dios revelado en y por Cristo
Jesús.
Trata esencialmente lo referente a la
Esperanza de nuestras esperanzas: la Parusía, La Manifestación de Cristo en Su
Venida. “Amados, ahora somos
hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser, pero sabemos que
cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él
es” (I Juan 3:2).
El conocimiento y el entendimiento de los
eventos escatológicos nos sirven como reloj-calendario para vivir preparados
ante el más magno de todos ellos:
El Regreso de Jesús por
los Suyos. Daniel el profeta nos sirve como modelo en este sentido Daniel 9:2
Pedagogía. Clase 2
BREVE
HISTORIA DE LA PEDAGOGIA
OBJETIVO:
Identificar el proceso evolutivo de la pedagogía desde la antigüedad hasta
nuestro tiempo.
Es
necesario tener antes un cuadro elemental acerca de los periodos en los que se
divide la historia humana en general. Aunque,
para fines propios de las ciencias sociales se parte desde la etapa llamada
“Pre-historia”, no obstante, generalmente la historia se suele dividir en
cuatro grandes períodos:
(1)
La Edad Antigua, comprende desde
alrededor del año 3000 a. C. hasta alrededor del siglo VI, con el Oriente
Medio, el Mediterráneo cuna de la Antigüedad clásica, de China, y la India.
(2)
La Edad Media, desde el siglo VI
hasta finales del siglo XV.
(3)
La Edad Moderna, desde finales
del siglo XV hasta 1789, con la revolución francesa, que incluye el
Renacimiento europeo.
(4) La Edad Contemporánea, iniciada en
1789, con la Ilustración y la Revolución industrial, y que llega hasta nuestros
días.
La educación en la antigüedad
Hay
que mirar el contexto histórico por ejemplo: Cuáles eran las civilizaciones de
ese tiempo, su organización social, su sistema político, su sistema económico,
su aspecto cultural y la religión que profesaban, para así poder tener una
visión social y poder establecer el orden político. La educación de ese tiempo
era de corte humanista.
El
método de enseñanza afirmaba el carácter del estudiante en su rama o vocación,
por ejemplo: Entre los griegos, los de Atenas (Cartago) eran los que tenían que
ver con las ciencias y las artes, pero los espartanos (de Esparta) afirmaban el
carácter guerrero o militar en el estudiante o gimnástico.
El centro de la enseñanza no era
el estudiante si no el maestro: ¿Cómo va enseñar?, ¿qué va a enseñar?, etc.
Métodos usados: la memorización e imposición. Metodología Mnemotécnica.
Período Clásico
A.
La
educación griega. Durante el período clásico, los sistemas de
educación derivaban de la educación de la antigua Grecia. Entre los pensadores que
influyeron en su concepción educativa están: Sócrates, Platón, Aristóteles e
Isócrates. Uno de los más reconocidos maestros en el campo de la filosofía
educativa en Grecia fue Homero, autor de dos de las obras más sobresalientes
que ilustraron la educación griega: “La Ilíada”
y la “Odisea”. El objetivo del educador griego era preparar a
los jóvenes intelectualmente para asumir posiciones de liderazgo en las tares
del Estado y la sociedad. En los siglos posteriores, los conceptos griegos
sirvieron para el desarrollo de las artes, la enseñanza de todas las ramas de
la filosofía, el cultivo de la estética ideal y la promoción del entrenamiento
gimnástico.
B.
La
educación durante el Imperio Romano. Después
de un período inicial en el que se siguieron las viejas tradiciones religiosas
y culturales, se decantó por el uso de profesores griegos para la juventud,
tanto en Roma como en Atenas. La educación romana transmitió al mundo
occidental el estudio de la lengua latina, la literatura clásica, la
ingeniería, el derecho, la administración y la organización del gobierno.
Muchas escuelas monásticas así como comunales y catedráticas se fundaron
durante los primeros siglos de la influencia cristiana.
Edad Media
En
el Siglo XVI d.C., Ia pedagogía se asimila a un catecismo, o un método
catequético, o sea de preguntas y respuestas, como el método socrático llamado
la mayéutica (técnica que consiste en interrogar a una persona para
hacer que llegue al conocimiento a través de sus propias conclusiones y no a
través de un conocimiento aprendido y concepto pre conceptualizado).
La educación de ese tiempo era de corte teocéntrica o religiosa. La religión manejó la imposición, existían
libros que no se podían leer, estaban prohibidos y sólo estaban en las
bibliotecas privadas de los jerarcas religiosos, además en esta imposición
surgen los dogmas de la fe católica. Los
pedagogos eran religiosos, por Ej.: San Agustín, Santo Tomas de Aquino.
En
este periodo surge la universidad.
En lo social estaba establecido
el feudalismo: un señor que tenía varias sirvientes a los cuales les daba
tierra para que trabajaran y el producto era para el “señor” feudal.
Para este tiempo se abrieron
varias universidades en Italia, España y otros países, con estudiantes que viajaban
libremente de una institución a otra. Las universidades del norte como las de
París, Oxford y Cambridge, eran administradas por los profesores: mientras que
las del sur, como la de Italia y Alcalá de España, lo eran por los estudiantes.
Sin embargo, la educación era un privilegio de las clases superiores y la mayor
parte de los miembros de las clases bajas no tenían acceso a la misma.
Edad moderna
Se le da el nombre del
renacimiento o “siglos de las luces”, porque hay un resurgimiento del modelo
humanista. Surge la pedagogía como ciencia. Surgen las clases sociales. Hay revoluciones:
·
En lo social: la toma de la bastilla: donde estaban los presos
políticos
·
En lo industrial: diferentes
adelantos de la ciencia, por Ej.: la imprenta.
·
En lo económico: surge el modelo
capitalista
Aquí surge una buena cantidad de
los pedagogos que aportaron grandes ideas para el modelo pedagógico que aún hoy
en día conservamos: Montessori, Pestalozzi, Froebel, entre otros.
A. El Renacimiento:
Fue un periodo en el que el
estudio de las matemáticas y los clásicos llegó a extenderse, como consecuencia
del interés por la cultura clásica griega y romana que aumentó con el
descubrimiento de manuscritos guardados en los monasterios. Muchos profesores
de la lengua y literatura griega emigraron desde Constantinopla hasta Italia.
Durante este período se dio una
gran importancia a la cultura clásica griega y romana enseñada en las escuelas
de gramática latina.
No se puede dejar de ver o echar
por menos el papel bajo la sombra que Martin Lutero imprimió en el ámbito
educativo. Lutero fue impulsador y propulsor de la educación popular o
universal, de hecho que por iniciativas del mismo se abrieron diversas escuelas
en Alemania y Suiza con el rostro nuevo de la libertad para tener acceso, por
parte de los maestros y estudiantes a la literatura tanto cultural como
eclesiástica y clásica que durante casi 500 años la iglesia católica había
prohibido accesar.
De esta época datan las primeras
universidades americanas fundadas en Santo Domingo (1.538), en México y Lima
(1.551).
B. Siglo XVII, XVIII y XIX
El Siglo XVII fue un período de
rápido progreso de muchas ciencias y de creación de instituciones que apoyaban
el desarrollo del conocimiento científico. La creación de estas y otras
organizaciones facilitó el intercambio de ideas y de información científica y
cultural entre los estudiosos de los diferentes países de Europa. Tal vez, el
más destacado educador del siglo XVII fuera Jan Amos Komenský, obispo
protestante de Moravia, más conocido por el nombre latino de Comenio. Su labor
en el campo de la educación motivó que recibiera invitaciones para enseñar por
toda Europa. Su objetivo educativo podría resumirse en "enseñar a través
de todas las cosas a todos los hombres", postura que se conoce como
pansofia.
El Siglo XIX fue el período en que los sistemas
nacionales de escolarización se organizaron en el
Reino Unido, en Francia, en
Alemania, en Italia, España y otros países europeos. El más influyente
seguidor
de Rousseau fue el educador suizo Johann Pestalozzi, cuyas ideas y prácticas
ejercieron
gran influencia en las escuelas de todo el continente. Su principal
objetivo era adaptar el método
de enseñanza al desarrollo natural del niño.
Para lograr este propósito consideraba el desarrollo
armonioso de todas las
facultades del educando (cabeza, corazón y manos).
C. Siglo XX
A comienzos del siglo XX la
actividad educativa se vio muy influenciada por los escritos de la feminista y
educadora sueca Ellen Key. Su libro “El siglo de los niños” (1.900) fue
traducido a varias lenguas e inspiró a los educadores progresistas en muchos
países. La educación progresista era un sistema de enseñanza basado en las
necesidades y en las potencialidades del niño más que en las necesidades de la
sociedad o en los preceptos de la religión.
Estados Unidos ejerció una gran
influencia en los sistemas educativos de los países de América Latina. El siglo
XX ha estado marcado por la expansión de los sistemas educativos de las
naciones industrializadas de Asia y África. La educación básica obligatoria es
hoy prácticamente universal, pero la realidad indica que un amplio número de
niños (quizá el 50% de los que están en edad escolar en todo el mundo) no
acuden a la escuela.
D. Educación
en el nuevo siglo XXI.
La educación en este nuevo siglo
todavía está marcada por la influencia consecuente de los modelos y principios
que prevalecieron durante el siglo XX. No obstante, ya somos parte y testigos
de una educación afectada notablemente por el pensamiento y los nuevos
paradigmas de renovados autores de distintos campos del conocimiento así como
por el acelerado despliegue de las tecnologías de la información y la
comunicación, especialmente explotadas por y desde los modelos educativos más
desarrollados como: Estados Unidos, Canadá, Europa y los asiáticos como: Japón,
Corea del Sur, Finlandia, Taiwan y China popular.
Los
retos de la educación actual están marcados por las tendencias de encaminar a
los
educadores y educandos en y los campos de la investigación y la creatividad
con miras a enfrentar
y darle solución a los múltiples y complejos problemas
que en todas sus dimensiones adolece la
sociedad postmoderna.
Teología del Reino II. Clase No. 4
La misericordia está estrechamente vinculada al amor
inquebrantable, al amor de pacto o a la fidelidad divina. Lucas demuestra cómo
el nacimiento de la nueva era fue considerado como un cumplimiento de las
promesas de misericordia de Dios para Su pueblo adquirido (Lucas 1:50, 54, 72, 78).
El cumplimiento de esta promesa se encuentra en el ministerio de sanidad
de Cristo, con frecuencia se le suplicaba misericordia al “Hijo de David”
Sólo quienes están preparados a mostrar misericordia pueden
esperar recibir la misericordia prometida en el Reino de Dios. Si perdonamos,
el Padre nos perdonará (Mateo 6.14-15). El hombre al que se le perdonaron todas sus
deudas, y aun así rehusó perdonar a los demás lo que a él le debían, fue echado
en la cárcel (Mateo 18.23-35). El hombre rico que daba voces en el infierno pidiendo
misericordia, durante su vida no mostró misericordia (Lucas 16:24). Los
fariseos fueron juzgado por Jesús por haber mal interpretado la ley debido a
que dejan lo más importante de la ley: la justicia y la misericordia y la fe (Mateo 23:23).
Con frecuencia los comentadores han notado que esta bienaventuranza se
cumplirá en forma natural el alguien que acepta las anteriores: quien reconoce
su pobreza ante Dios, llora por sus pecados y los de la humanidad, no se
impacienta por su propia justicia y tiene hambre de la llenura de Dios, no
podrá despreciar al necesitad; para tal persona no es difícil perdonar. Una opinión real de nosotros mismos ante Dios
asegura una actitud correcta hacia las necesidades y defectos de los demás.
Esta bienaventuranza sólo puede ser entendida bajo el trasfondo del
judaísmo rabínico y las tradiciones de los fariseos. En las leyes de santidad
del Antiguo Testamento, la mayoría de los objetos se clasificaban como impío o
inmundos: la vestimenta, los animales, los alimentos, las plantas, los días, y
las personas (la gente), etc. Ya en los días de Jesús dicha tradición había
sido llevada a extremos absurdos. Los
fariseos se encontraban a sí mismos sucios, si se sentaban sobre la vestimenta
de alguno de la “gente cualquiera”; se desarrollan complicados métodos para
lavarse las manos (según la tradición ya en el Nuevo Testamento, para que una
persona estuviera y se sintiera “limpia” después de ensuciar sus manos, debía
hacerse un lavado de siete veces en cada parte de su cuerpo; ejemplo: lavarse
siete veces cada dedo de los pies, siete veces la palma de los pies o de las
manos, según fuera el caso). Los Esenios (un grupo sectario-religioso en el tiempo
de Jesús), debían bañarse todos los días para conservar su pureza ritual.
Se daba énfasis a lo externo, los fariseos habrían estado de
acuerdo con la declaración: “bienaventurados los ritualmente limpios, porque
ellos verán a Dios”.
Jesús enseñó algo diametralmente opuesto a la enseñanza de los
fariseos:
¡Ay de vosotros, escribas y
fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero
por dentro estáis llenos de robo y de injusticia.
¡Fariseo ciego! Limpia
primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio.
¡Ay de vosotros, escribas y
fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por
fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos
de muertos y de toda inmundicia.
Así también vosotros por
fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis
llenos de hipocresía e iniquidad.
Mateo 23.25-28
No lo que entra en la boca
contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.
Entonces acercándose sus
discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron
esta palabra?
Mateo 15.11-12
Jesús no sólo enseñó pureza interna, sino que demostraba en Sus
acciones que Él podía ver a través de las fachadas (de los hombres). Él
escandalizaba a los fariseos al comer con los cobradores de impuestos y
pecadores (Marcos 2.14-23). Jesús ministraba a los gentiles “inmundos” y
hasta tocaba a los leprosos. En
consecuencia, los escritores del N.T. enfatizan la pureza de conciencia, en
lugar de la limpieza ritual y condición externa de la gente.
Esta bienaventuranza invierte el sistema de valores del mundo religioso
en cualquier tiempo de la historia. El Reino de Dios trae una revolución
espiritual. La pureza es un asunto del
corazón. Jesús declara la dicha de la
era venidera para quienes tienen un corazón limpio (quienes no acusan ni son
acusados de nada). La promesa de que “ellos verán a Dios” se formula en el contexto
de felicidad escatológica. Uno puede
ver a Dios en la experiencia de la adoración, sin embargo, dicha experiencia
será finalmente manifiesta en el mundo venidero. Isaías vio la era venidera
trayendo una revelación de la completa gloria de Dios. Lucas registra que el amanecer del siglo
venidero fue celebrado por los pastores y Simeón al ver la salvación de Dios (Lucas 2:20). Jesús les dijo a Sus discípulos que muchos
profetas desearon ver las cosas que ellos vieron.
Mientras que para los griegos, la paz denota ausencia de guerra
o estado de total quietud, para los hebreos denota integridad, bienestar, perfección
y prosperidad. Poseer todo lo anterior constituía otro modo de expresar que se
experimentaba salvación como una realidad holística (global o total).
Bendición, paz y salvación estaban estrechamente vinculadas a la
experiencia de la era mesiánica. La paz
definida de esta forma es de la misma forma esencia del Reino.
¿Quiénes son entonces los pacificadores y cómo se relacionan a la venida
del Reino? Un pacificador es alguien que
tiene dentro de sí la paz o integridad del Reino y la imparte a otros. Si bien
no se excluye la idea de traer paz entre partes enemistadas, el énfasis recae
sobre la habilidad de traer dicha paz a la vida de los demás; impartir algo que
uno ha experimentado.
Cuando los discípulos entraban a una casa, podían hacer que su
paz viniera a ella (Mateo 10.12-13). Ellos llevaban en sí mismos la presencia
característica del Reino. Jesús les dijo: “…y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará
sobre él…”
(Lucas 10:6). En realidad dicha paz reposa (es impartida o
ejerce influencia) sobre la gente mediante la irrupción del Reino y es similar
a la presencia y el derramamiento del Espíritu Santo.
En el mundo occidental (Europa y América), la gente está acostumbrada a
los conceptos, en vez de la práctica. Para los hebreos (mundo oriental), el
pensar, el hacer y el ser son partes de un todo indivisible. Las palabras son
hechos y las enseñanzas, prácticas.
Jesús enseñó dentro del sistema de las técnicas rabínicas del
discipulado. En este contexto, el
comprender, experimentar y transmitir la paz a las vidas de otros, formaba
parte de una sola realidad.
Pocas necesidades humanas son tan profundas como la necesidad de
aceptación. Nuestro engreimiento nos hace poner la popularidad, la estima y el
prestigio como una de nuestras metas más altas. Para el pensamiento clásico, la
fama era considerada como uno de los valores más nobles de la vida. Para el
judaísmo rabínico quienes eran considerados santos eran muy aclamados; se
sentaban en los mejores lugares en las sinagogas (Lucas 20.46-47).
Quienes eran rechazados o expulsados de las sinagogas (recaudadores de
impuestos, ramera y pecadores) se les consideraba la escoria de la sociedad;
ellos realmente no tenían oportunidad de ser tocados por Dios. Ningún fariseo habría considerado dicho
estado como digno o señal de bendición. Pero
Jesús invierte el sistema de los valores del hombre. Lo que es exaltado ante los hombres es una
abominación ante los ojos de Dios (Lucas
16:15).
El lenguaje de las bienaventuranzas tiene que ver con un pasaje
de Isaías sobre la gente socialmente rechazada que se convierte en el pueblo de
Dios. El estilo es tan parecido al de
las bienaventuranzas, que resulta difícil no asumir que Jesús vio cómo este
pasaje se cumplía en Sus discípulos. Los
hijos del Reino se convirtieron en una contracultura para este mundo; un pueblo
alternativo donde la popularidad social no tiene valor, pero donde es
primordial el identificarse con el Hijo del Hombre y Su reinado celestial. Cuando el mundo los rechaza, ellos deben
alegrarse en gran manera: el mundo rechazó a los profetas y al propio Hijo de
Dios (Juan 15:18).
Cada bienaventuranza revela de un modo distinto un tema
constante; los valores del Reino invierten el sistema de valores del mundo
actual. El Reino de Dios trae consigo una revolución. Según lo dicho por los
tesalonicenses: “…estos que trastornan al
mundo entero también han venido acá…todos éstos contravienen los decretos de
César, diciendo que hay otro rey, Jesús” (Hechos
17.6-7). Esta no es una
revolución común, basada en una causa política temporal, sino que ha sido
provocada por la intervención del siglo venidero. Debido a que la era venidera es tan
radicalmente distinta a la era actual, su intervención no puede ser nada
excepto trastornar el presente siglo. La
transición de este siglo al siglo venidero nunca será evolutiva o dócil (sino
dramática, impetuosa e impactante).
Otro elemento en las bienaventuranzas es la ausencia total de división
entre las realidades materiales y espirituales. De acuerdo con casi toda
condición, sea el pobre, el hambriento, los que lloran, o el rico, su estado es
tanto material como espiritual.
Esta siempre es la forma hebrea de ver la
realidad. La división entre los aspectos espirituales y materiales es parte del
pensamiento griego occidental. La venida del Reino afectará toda la vida: los
aspectos sociales, individuales, materiales, espirituales, lo que respecta a la
justicia social y la moral personal. Habrá cielo nuevo y tierra nueva.
Cada intento de delimitar las bienaventuranzas a una lista de
reglas (humano-religioso) fracasará. El
estilo de vida descrito va más allá de nuestra capacidad de comprensión. No podemos vivir las bienaventuranzas con
nuestras fuerzas (o aplicándolas como píldoras o reglas religiosas), (esto
sería como intentar volar a la luna con el puro esfuerzo físico y nada
más). Las bienaventuranzas ahondan tan
profundamente en nuestros motivos internos que lo único que hacen continuamente
es preocuparnos. Si pudiéramos salir de este mundo y vivir completamente en el
Reino, sería grandioso. Si pudiéramos
olvidarnos del Reino y vivir solo en este mundo, no habría peligro alguno; pero
ninguna de las dos cosas es posible, continuamos siendo parte de ambos reinos
al mismo tiempo. Nuestras vidas son
alteradas en la forma más maravillosamente desconcertante, de modo que nunca
más podremos volver a ver las cosas del mismo modo.
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